Historias

Pisar el aire, eso es nacer.

Ser empujado por un impulso brutal de la madre,

pisar el aire, gaseoso, inmaterial.

Después, poco a poco, plantar los pies en el suelo.

La vida entonces comienza su andadura,

camino y más camino, azaroso y mágico.

Un día la casa se te queda pequeña,

y la ciudad y los espejos, miras más allá,

una corazonada, un capricho,

plantar el pie y surcar la belleza

llevándotela de vuelta.

Lugar, aire, planicie, sol.

Eres tú quién está en el paisaje

a quien se le espera en la mesa y en el refugio,

en los espacios, en los matices.

Estoy preparada para recibirte:

Degustar, conversación,

pararse y disfrutar del silencio,

del paisaje, de la historia.

Lo que tú quieras.