En mi primera experiencia gastronómica siempre visualizo un grupo de gente maravillosa con la que descubrí y compartí lo que sin duda, fue para mí la mejor manera de viajar; conociendo sitios nuevos y gente diversa, con una gran curiosidad por la gastronomía local/regional, y siempre acompañado de buen vino, sin importar su origen o procedencia. La imagen que acompaña a esta historia y que me ha servido de inspiración muestra la esencia de aquel viaje: magia, amistad, sinceridad, alegría, curiosidad por aprender, y todo un sinfín de sentimientos que alimentan el alma y el corazón.
Susana Soltero